Un buen apoyo terrestre es un aspecto extremadamente importante en todo proceso fotogramétrico, ya que su precisión determinará la de la cartografía derivada de los fotogramas. Consiste en una serie de puntos cuyas posiciones son conocidas en un sistema de referencia determinado y que son fácilmente identificables en cada fotografía. La elección de los puntos y su distribución se lleva a cabo tras realizar las fotografías, y la medición de los puntos en campo se realiza en dos fases; se establece una red de control en el área del proyecto (Red de Vértices Topográficos), y a partir de ella, se realizan las mediciones de los puntos de apoyo. Se realiza un croquis del punto de apoyo a fin de evitar cualquier confusión al operador fotogramétrico.
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